miércoles, 25 de noviembre de 2015

Villa María, la desilusión de todas las desilusiones.



Por. Carlos Martínez / IMG Images


Es de verdad espeluznante la facilidad con que los medios menoscaban a la vida, más cuando no se tiene certeza siquiera si se ha extinguido por decisión de la misma o de alguien más.


"La  malograda fémina presuntamente se suicida", como si la dificultad de respirar no le hubiera representado un suplicio. Los medios solamente desnudaron su tragedia, desnudando su cuerpo sin vida con palabras sin vidacomo si su condición humana justificara los hechos, como si fuera una bruja y aquellos los inquisidores Mientras tanto, las aulas repiten: “no somos jueces, somos periodistas”.




Delicias, es una recóndita ciudad en el centro del estado de Chihuahua, un centro agrícola propiamente, dada la línea por la cual habrá de regirse la vida en ese lugar, a través de la agricultura,  hoy en día es conocida en sus alrededores como una ciudad moderna y evolutiva, cuya economía se encuentra en constante movimiento


Laura Valeria llegó a las calles del Puerto de Veracruz proveniente de dicha ciudad, muy a pesar de su fluyente economía, por causas desconocidas, en situación de indigencia cayó a las puertas de una antigua casa abandonada con vestigios de nobleza, misma que ofrecía refugio a personas, que en la misma situación que ella, deambulaban por las calles de la ciudad porteña.




Dicha extensión de terreno de desconocida propiedad estaba compuesta por dos casas, una más grande que la otra, como sugiriendo la construcción posterior una morada para el personal de servicio y las visitas; en el frente de la viviendaprincipal hay un letrero grabado sobre la fachada enmarcada por un arco de concreto que dice: “Villa María”.  


Laura se estableció en la planta alta de la casa más pequeña, situada en la parte posterior del terreno, de modo que quien pasara por la calle jamás pudiera advertir ni siquiera imaginar su existencia, como si escarpara.


La habitación más recóndita de la casa se convirtió en su refugio y un grupo de personas en una situación muy similar a la suya y a quien citó en las paredes en las que escribió a manera de diario, se convirtieron en su familia. 




En el hoy derruido edificio frontal se refugian otras personas también en situación de indigencia, según la información que revelaron los medios y los desechos humanos que ahí permanecen.

La parte de la historia que los medios no contaron, la cuentan las paredes de la casa, en donde citó ella misma capítulos de su vida embarrados con un fuerte torrente emocional, sin embargo, la realidad de Laura ahora es imposible de revelarse, pues se la llevó a la tumba. 


Las soledades y las situaciones tan similares estrecharon los lazos entre ella y algunas personas que encontraron también refugio en otros rincones de ambas casas, las citas en las paredes cargadas de contenido emocional revelan el afecto que profesó hacia sus amigos y el profundo amor que sentía por su pareja. 


A pesar de que los mensajes están desordenados y algunos carecen de fechas, si se atiende a los que dejó fechados y se pueden observar las drásticas tribulaciones en su vida. 




Ahí estuvieron los amigos compartiendo la vida, a los que citaba con cariño y agradecía al cielo cada segundo que a su lado transcurría. Abundan también mensajes dirigidos hacia su pareja, mensajes de amor, algunos felices y esperanzadores, otros que denotan ira y frustración. 


A la espera llegaba, quizás se marchaba sin demora, habría problemas y cuando las nubes cubrieran su cielo y oscurecieran la luz que entraba por sus ventanas, él ya no estaría.

En un rincón de la habitación escribe sin fecha“El único que me quiere es mi papá Loncho, yo lo amo. Las personasque me dicen que me quieren mienten, tú me abandonaste a base de mentiras. Roto mi corazón.”




Algunas otras notas que con desesperación imprimían sus sentimientos sobre las paredes hablan de su familia: “Mami, te extraño.”  

Las versiones de los vecinos son un tanto divergentes, pero convergen en un mundo detrás de esas rejas en el que reinaba la adicción a las drogas y el alcohol, relaciones con el narcotráfico y pandillas, algunos mencionan más de una vez haber escuchado gritos y antes que ella llegara haber visto salir a más de uno cubierto con una manta blanca, algunas veces manchada de sangre, con los pies por delante. 




Dichas versiones a la par de las emitidas por los medios, le crucifican como “La Reyna del Sur”, una mujer que se dejaba ver en las inmediaciones de un conocido parque para  tomar cerveza y consumir drogas con otras personas. Una mujer que introducía a esa casa hombres para tomar cerveza e ingerir “pastas” a la par de sostener relaciones sexuales. La sociedad que apunta con dichas versiones es la misma que le colgó de un cable


Es muy difícil acceder a su historia, desde lo más sutil, el olor a excremento en la casa simbólicamente dificulta su alcance, efectivamente las propias paredes también hablan de dichos excesos, aunque lo que detallan son más los sentimientos que las situaciones. 


“Papá Loncho” fue quien la encontró sangrando cuando trató de atravesar con un trozo de vidrio su vientre, la tranquilizó y la dejó en su cama mientras iba a comprar unos cigarrillos quizás también para calmarse, para evaporar con el humo del cigarro todo lo que se absorbe cuando se brinda ese apoyo necesario. 


Cuando regresó la encontró colgada, su cuerpo pendía de un cable y de su pie derecho todavía escurría un poco de sangre tras haber caminado por encima de los vidrios de la ventana que anteriormente había roto, “papá Loncho” gritó pidiendo ayuda, el rostro de Vale estaba poniéndose morado y ya no respondió a ninguno de sus llamados, a los gritos de ayuda si hubo quién respondiera, aunque tarde “papá Loncho” había sido como su padre. 


Llegaron y fotografiaron su cuerpo colgado, semidesnudo, con los pies descalzos y sangrando por haber caminado con ellos sobre los vidrios ¿no eran aquellos vidrios la vida misma?, quizá no tuvo tiempo para pensar en vestirse antes de quitarse la vida, antes de lanzarse por el ancho hueco de la ventana, tal vez su cabeza abrumada no se preocupó por el rubor que habría de subir a las mejillas de sus padres cuando vieran las fotografías, posiblemente su corazón adolecía tan hondo que el sufrimiento que causó el vidrio con el que intentó atravesarse las entrañas no pudo opacarlo.


No queda clara su historia, más allá de las paredes en las que escribía a manera de diario las versiones de los medios y de las calles se contradicen unas a otras. Una versión alterna a la realidad creada por los medios señala que fue su propia pareja sentimental quién le amarró el cuello con el cable y le arrojó después por la ventana, tras enterarse que estaba contagiada de VIH. 


Si saltó o la arrojaron, dejó tirada su historia, de la cual solo puede encontrarse la ruina, ropa sucia, una montaña de envolturas y cajas de medicamentos en el balcón de la habitación aledaña a la suya y las pocas pertenencias que cuando huyeron todos los habitantes no se llevaron consigo,aunado los gritos que plasmó sobre las paredes, gritos de auxilio, todo esto minado entre el olor del excremento humano y una atmósfera de peligro y angustia que dificulta la respiración anudando fuertemente el gañote.

Y en caso de que hubiera sido arrojada por su supuesta pareja sentimental, de la cual no se tiene aún clara suidentidad, se hablaría estrictamente de un feminicidio dado el contexto de desigualdad social con un aparentemente inalcanzable ideal de homogeneización de género.


Cualquiera que haya sido la  realidad sobre su tragedia yalejándonos un tanto del sentido estricto de la normatividad y la jurisprudencia, un feminicidio perpetrado en manos de una sociedad que ha sido capaz de desgastar y devastar sus ilusiones hasta el punto de saltar al precipicio con la desconfianza de no perecer, asegurando sus intenciones con un cable alrededor su cuello y así respirar hasta el último de sus resuellos, hasta la más apretada de sus lágrimas. 


De su cuerpo rígido escapó su espíritu mortajado para plasmarse sobre las paredes, hoy abigarradas con mugre, amuralladas por el olor a excremento y la desilusión de todas las desilusiones.